¿Cómo proteger las torres de enfriamiento?

¿Cómo proteger las torres de enfriamiento?

¿Cómo proteger las torres de enfriamiento?

 

Por muchas razones una torre de enfriamiento puede perder su funcionalidad o averiarse, una de las más importantes es la falta de un adecuado mantenimiento preventivo.

 

“Estas es una problemática que se presenta en todas las industrias latinoamericanas; en Europa o en Estados Unidos no sucede. Como es un equipo relativamente simple el usuario se olvida y deja el equipo operando los 365 días del año, en forma continua y se despreocupa de hacer un mantenimiento que es tan simple”, advierte Castro. 

 

Esta opinión la comparte Alfredo Sotolongo, quien asegura que el mantenimiento preventivo es vital, no solo para sus componentes mecánicos y eléctricos sino también para el tratamiento de agua. Si el agua no es tratada adecuadamente esto se refleja en el relleno de la torre y en el intercambiador de calor, pues las incrustaciones les reduce la capacidad considerablemente.

 

Los expertos recomiendan que una vez o dos veces el año se efectúen limpiezas profundas, pues cuando se trabaja con agua se tiene una alta concentración de algas o sólidos en suspensión y materia orgánica que se acumula en el relleno evaporativo, lo que hace que este se rompa o se desprenda. 

 

Sin embargo, el gerente de Frimont señala que los rellenos tradicionales no se pueden lavar, pues la gran mayoría son fabricados con polietileno de alto impacto, material que con el tiempo, el sol y las condiciones de temperatura se va degradando.

 

“Si además se lava con hidro lavadora o con lavado a presión se puede desarmar. Por esa razón, lo ideal es reemplazar completamente el relleno de contacto, si este ha perdido sus condiciones operativas”, aconseja Fabián Escalante.

 

Es fundamental realizar un tratamiento al agua, reducir el índice de dureza del agua para que los rellenos no se contaminen, verificar el funcionamiento de motores y ventiladores, hacer un chequeo completo del equipo bien sea una vez al mes, cada tres meses o cada seis mese dependiendo de la calidad del agua. 

 

“Este procedimiento normalmente no lo hace nadie, generalmente los usuarios esperan a que el equipo falle y que sea evidente que el sistema no está funcionando, sólo entonces se hace una intervención. Pero en ocasiones ya es tarde porque el costo de un mantenimiento correctivo es mucho mayor que el costo de un mantenimiento preventivo”, enfatiza Enrique Castro.

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